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El laberinto de las becas y ayudas educativas en España

Artículo escrito por Álvaro Ferrer, técnico de incidencia política

Nacer en una familia de bajos recursos no se elige y no es fácil. Y haber crecido en ella durante la crisis menos. Las familias más pobres con hijos han perdido más de un 10% de ingresos durante la crisis y eso hace que todo sea un esfuerzo aún más grande. 

Tu familia, como la de todos, pone en la educación la esperanza de un futuro mejor para ti. Pero por más que la educación obligatoria tenga la matrícula gratuita, la educación tiene costes: escuela infantil, libros, material, transporte, comedor... Además, llegados los 16 años, si tu familia necesita que entre dinero a casa, renunciar a lo que ganarías si te fueras a trabajar en lugar de estudiar es un coste. Es lo que llamamos “coste de oportunidad”. Uno de los instrumentos que deben paliar esto y evitar que la capacidad económica de tu familia condicione tu trayectoria educativa son las becas y ayudas. ¿Lo hacen? 

Para empezar, en el colegio tus posibilidades de acceder a una ayuda de comedor, de libros de texto y material o de transporte dependerán de la comunidad donde hayas nacido. En muchos casos los ingresos que hay que tener para recibirlas son tan bajos que te quedas fuera aún estando en una situación económica complicada.

Y, con dificultad, a pesar de quizás repetir –la probabilidad de repetición si naces en una familia pobre es seis veces más–, terminas la ESO y llegas a Bachillerato o a Formación Profesional de Grado Medio. Cuando no has recibido ayudas en primaria o ESO, asumes que acceder es tan difícil que tampoco tendrás acceso después. Son nuevos requisitos con lo que todo es confuso. Además, desde hace unos años no te vale con haber llegado ahí, porque necesitas una media de 5,5 para tener beca. 

Probablemente nadie te diga que puedes pedir una beca, ni te digan cómo pedirla. Y si preguntas, tampoco sabrás qué cuantía recibirás ni cuándo, porque tiene una parte fija y una parte variable, que se calcula avanzado el curso con una compleja fórmula en función de tus notas -que seguramente no sean muy altas- y de tu renta. Si ese ciclo formativo que te interesaba está en otra ciudad, y tu familia hace equilibrios financieros para llegar a fin de mes, la opción de adelantar todos esos gastos hasta que llegue la beca en febrero o marco ya te ha hecho descartarlo. 

Fuente: Congreso de los Diputados, 2018.

En todo caso, al estar en el nivel más bajo de renta te dicen que recibirás de media unos 2040 euros para el curso, es decir, 204 euros al mes. Y haces cuentas. Sumando costes, una familia con una hija de 17 años suele gastar 153 euros al mes en educación. Quedarán en casa unos 50 euros. ¿Cuanto podrías ganar en algún trabajo precario? No compensa, y ahora que empieza a haber más oportunidades laborales, menos. Si fueras a la universidad tu beca sería un 57% más alta, pero tú quizás nunca llegues ahí. 

Si tus padres son de fuera de Europa, todas las barreras crecen: la falta de información. Solo uno de cada diez estudiantes nacidos en familias de nacionalidad no europea reciben becas y ayudas –tres de cada diez en el caso de los españoles–. El abandono escolar y la pobreza en estas familias duplica la del resto de la población. Algo no anda bien cuando familias con padres en paro, con bajo nivel educativo o monomarentales también enfrentan grandes barreras y acceden menos. 

Este es el laberinto al que se enfrentan niños, niñas y jóvenes, y en él perdemos a demasiados. Un 18,3% de los jóvenes han abandonado el sistema educativo sin terminar Bachillerato o FP, aumentando su probabilidad de precariedad laboral y exclusión social. Y esta cifra empieza a crecer con la recuperación del empleo. Sabemos que las becas son uno de los instrumento para paliarlo, pero España invierte poco en becas y no lo hace de forma eficaz, no llegan a todos los que las necesitan y los que abandonan el sistema, no son suficientes y no llegan a tiempo. "

El sistema de becas y ayudas debe ser como una escalera, con peldaños sólidos desde la base, accesible, bien conectado y consistente a lo largo del sistema educativo, sin saltos, para quien lo necesite pueda subir por ella, progresar educativamente y ascender socialmente. 

NECESITAMOS UNA REFORMA AHORA

En Save the Children nos hemos propuesto cambiar esto, queremos transformar el sistema de becas y ayudas para que sirva para combatir eficazmente las desigualdades y el abandono escolar y que nadie se quede atrás. El momento es ahora. Está creciendo el abandono escolar prematuro y no podemos esperar. 

Y ayer dimos el primer paso, presentando nuestro informe “Becas para que nadie se quede atrás” y reuniendo a expertos, universidades, estudiantes y al Ministerio de Educación para empezar a reflexionar juntos y sumar esfuerzos para empujar esa reforma. 

¿Cómo debe ser un sistema de becas?

Un sistema de becas y ayudas eficaz es aquel…

  • Que está bien financiado
  • En el que la beca o ayuda es un derecho subjetivo en todas las etapas educativas, la reciben todos los que la necesitan, especialmente aquellos en situación de pobreza
  • En el que los requisitos priorizan a quienes tienen menos recursos y más abandonan prematuramente y las cuantías son suficientes para motivarles a seguir
  • Que se integra con otras formas de seguimiento y apoyo educativo
  • En el que familias y estudiantes saben que pueden pedir una beca o ayuda, es fácil solicitarla, tienen la seguridad de conocer lo que recibirán y se les ingresa al inicio del curso
  • Y todas las administraciones se coordinan para ello.

Si quieres saber más descárgate nuestro informe “Becas para que nadie se quede atrás” con un diagnóstico y propuestas para un sistema de becas y ayudas eficaz contra las desigualdades y el abandono escolar.