campamento refugiados

  Welcome to hell

Artículo escrito por Kristian Prieto, técnico de comunicación en Euskadi

Shaphur literalmente significa en farsi, hijo de un rey. Para nuestro improvisado guía en el campamento de Borici, al oeste de la localidad de Bihac (Bosnia y Herzegovina), sin embargo, no ha habido nunca sábanas de seda ni cestas repletas de frutas. Su vida en Afganistán, el país del que huyó hace 6 meses, ha sido de todo menos sencilla. Él mismo nos cuenta que tuvo que escaparse de la miseria, ese elemento que unido a la guerra, la desprotección y la violencia, ha creado extraños compañeros de viaje.

Hablamos de viaje, pero más podría decirse descenso a los infiernos. La ruta de los Balcanes es, tras la que cruza el estrecho de Gibraltar, la más utilizada para llegar a Europa.

Yo quiero llegar a la Unión Europea, no solo a Europa”

Shaphur.

Y el matiz no es baladí. Los gobiernos de países balcánicos como Serbia o BiH no tienen capacidad real para ofrecer una nueva vida a las personas que pisan su suelo. Ellos sueñan con Francia, Alemania o Suecia. 

El Hotel Sedra ofrece una excelente oportunidad para el relax vacacional y el descanso familiar a orillas del río Una. Sus imágenes parecen sacadas de un antiguo catálogo de una agencia de viajes. Antiguo, porque hoy en día es un campamento gestionado por la Organización Internacional de Migraciones con la ayuda de otros agentes como Save the Children para dar cobijo a 140 familias que arrastran kilómetros y kilómetros de travesía. Ante la falta de alojamientos y espacios donde poder dar asistencia a los refugiados, el dueño del hotel decidió echar el cierre y ofrecerlo a la municipalidad para que las familias tuvieran un lugar donde descansar, coger fuerzas y seguir el camino.

No es sencillo convencer a las familias para que se queden en esta parte de los Balcanes y eviten los peligros del camino. ¿Qué puede ofrecerles el gobierno?” Trabajador humanitario

Las familias se configuran en forma de fortaleza, el padre y la madre sirven de pilares fundamentales para sus hijos e hijas.

Mis hijas no saben qué hacemos aquí. Echan de menos su casa y a sus amigas”

Padre de familia afgano

Muchas de las familias han dejado de contar las veces que han intentado cruzar a Croacia. Para ellos ya da igual, si la policía les intercepta, vuelven al mismo sitio donde estamos ahora.

Los espacios seguros para la infancia que la oficina North West Balkans de SC ha puesto en marcha con la ayuda del Gobierno Vasco, ofrecen un espacio seguro donde los niños crean mundos imaginarios e ideales con los subsistir a su actual estancia. Son demasiado pequeños (algunos entre 2 y 6 años) como para entender la magnitud del problema, pero sienten que algo les falta. 
 

Ser menor y viajar solo

Un 30% de las 5.000 personas que ahora mismo se encuentran en Bihac son menores que están viajando solos. Ellos, a los peligros del propio viaje, tienen que sumarle la desprotección y la vulnerabilidad que viven por el simple hecho de ser menores.

Lo peor es la incertidumbre. No puedo planear una vida si no sé dónde voy a vivir en los próximos días o meses”

Moha, 16 años

Moha tiene 16 años y está viviendo en el campamento de Bira, una antigua y monstruosa fábrica de lavadoras. Sin embargo, no tiene un lugar fijo en el que vivir, le van cambiando de lugar cada cierto tiempo. A día de hoy no sabe dónde va a dormir los próximos días. Él está viajando solo.

Mientras nos cuenta su historia nos señala la sombra que tiene en su ojo derecho. Hace poco recibió un codazo de un policía croata que le apresó cuando llevaba dos horas caminando dentro del país. Le metieron en un coche y sin mediar palabra le devolvieron a la frontera.

Vuelta a empezar.

menores migrantes

Los MENAs (UASC por sus siglas en inglés) son un colectivo especialmente vulnerable. Viajan solos y al albur de las mafias.

En las calles de Belgrado (Serbia) hace tiempo que no se da esta situación. La situación de emergencia que ahora mismo vive Bosnia es la que se dio en Serbia en el 2016. El gobierno, afortunadamente, ha aprendido que mientras estén en el país, deben hacer lo posible por proteger sus derechos.

Belgrado no pilla ni siquiera de paso para aquellos que hacen la ruta. Tan solo llegan a la capital serbia aquellas personas que han solicitado un asilo y que están a la espera de que se lo concedan.

Hace un año que lo pedí y sigo esperando. Se me hace eterno así que a veces pruebo el game”

Khalid, pakistaní de 28 años

El game es como se conoce a la “aventura” de intentar cruzar la frontera. Khalid nos pone sobre la pista de una plaza en el centro de la ciudad, conocida como “Plaza Afgani”, tal es la presencia de personas migrantes y refugiadas que pasan días y noches enteras aquí. 

Nuestros compañeros de Save the Children ya conocían esta plaza. Todos los días un equipo móvil de la organización visita el lugar para monitorizar la presencia de menores. Cuando detectan un caso les preguntan la edad y buscan la mejor forma de ayudarles

Tengo 15 pero no me aceptan en el centro Miksaliste”

Menor migrante no acompañado

Miksaliste es una especie de centro de día, donde gestionamos un espacio seguro para la infancia y la adolescencia. Nuestros compañeros saben que los menores se sienten más seguros dentro de una comunidad, rodeados por las personas más mayores que han conocido en el viaje que en el propio sistema oficial. Uno de los problemas es que en muchos casos quien les acompaña es el traficante. Por eso dicen que es su hermano mayor, aunque sea mentira. No pueden separarse de él.

Un viaje que nadie querría emprender

La peligrosidad de las rutas migratorias para los niños, niñas y adolescentes hace que debamos insistir con más fuerza si cabe en la necesidad de que las instituciones ofrezcan una respuesta rápida, adecuada y adaptada a sus necesidades. Los niños y niñas son sujetos de derecho y como tales hay que considerarlos. Son niños y niñas antes que migrantes. 

La ruta de los Balcanes lejos de ser un sitio seguro, está a punto de convertirse en un verdadero cementerio. En esta zona de Bosnia las temperaturas descienden 10 o 15 grados bajo cero. La nieve alcanzó espesores muy elevados el año pasado. Por tanto, nuestros equipos se están preparando para poder asistir las necesidades de la infancia migrante. Necesitamos más tiendas de campaña, más ventanas para cerrar el edificio de las corrientes, más calefactores.
 

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