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Y tú, ¿te atreves a volar?

En el artículo 31 de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño se establece que los niños tienen derecho al esparcimiento, al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales. Asimismo, establece que:

Los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento”

El juego, el ocio y el esparcimiento son elementos imprescindibles para el desarrollo de los niños. Jugar y tener nuevas experiencias les permite a los niños conocer mejor el mundo que los rodea, descubrir aquellas cosas que les gustan y las que no, probar sin compromisos, dejando volar la imaginación. Les ayuda a aprender a interactuar con los otros, a negociar, a seguir las reglas, a ser creativos… les permite abrir las fronteras de sus pequeños grandes mundos.

Como bien se explica en el Informe de Save the Children “Iluminando el Futuro, Invertir en Educación es luchar contra la pobreza Infantil”, la pobreza educativa tiene relación directa con la falta de oportunidades en el entorno en el que viven las niñas y los niños. Las actividades de esparcimiento y tiempo libre son parte esencial de la formación de los niños y favorecen su desarrollo y crecimiento personal, su aprendizaje, amplían su bagaje intelectual e influyen positivamente en su capacidad de socialización. Lamentablemente, y de acuerdo a los datos publicados en el mencionado informe, 7 de cada 10 familias no gastan más de 1€ en actividades culturales, cine, teatro y otros espectáculos y solo el 4,2% lo hace en museos, jardines botánicos, bibliotecas y similares.

Más allá de la necesidad de garantizar el acceso a las actividades culturales y de ocio y tiempo libre durante el año lectivo, durante las vacaciones de verano esto se convierte en todo un reto para las familias. No es sencillo conseguir espacios de cuidado y juego para sus hijos durante el periodo vacacional. Durante los casi 90 días que aproximadamente duran las vacaciones de verano, las familias se ven en la obligación de encontrar a alguien que “cuide de sus niños”, garantizar que cuenten con un espacio seguro y que les proporcione actividades educativas que los diviertan.

Conscientes de esta situación, desde Save the Children hemos puesto en marcha, una vez más, nuestros programas de verano. En Barcelona, han participado de los casales y campamentos que se realizan con el apoyo de Fundación Obra Social La Caixa a través de su programa Caixa ProInfancia, 259 niños (148 del barrio de Trinitat Vella, 22 de Sagrera y 89 de Nou Barris). Además, 60 niños de diferentes barrios de Barcelona se han ido de Campamento a Breda.

Durante los casales y campamentos de verano los niños desarrollan diversas actividades educativas de ocio y tiempo libre que les proporciona la posibilidad de jugar y divertirse en un espacio seguro, que les permite experimentar el mundo. Seguramente este verano más de un niño habrá soñado con ser médico o biólogo, monitor de tiempo libre, piloto o maquinista… La infancia es un momento vital que debería estar lleno de buenos momentos, experiencias y aprendizajes.

Este año, hemos tenido la oportunidad de compartir con los niños, niñas y jóvenes que participan de nuestros casales, un día en el Parque de Atracciones Tibidabo. La frase de María, debajo del emblemático avión rojo del Parque de atracciones, resume lo que el juego nos aporta y que todos los niños deberían tener garantizado: “y tú, ¿te animas a volar?”

La infancia es un momento en el que hay que dejar volar la imaginación, abrir puertas, experimentar y es través del ocio y el tiempo libre que los niños logran desarrollar muchas de sus habilidades. Los niños deben tener garantizado el acceso a estas experiencias, a esa maravillosa etapa que debería ser la infancia.

En Save the Children trabajamos para que todos los niños tengan garantizada una infancia plena porque el juego es emoción y sin emoción no hay aprendizaje.