Niger, Chad y República Centroafricana son los países con más casos de matrimonio infantil. Save the Children alerta de que, pese a los avances logrados en la última década, esta práctica ilegal puede revertir su progreso por el cambio climático, los conflictos y la pobreza.
Recursos para medios: https://www.contenthubsavethechildren.org/Share/e1auumsjl67305ita1k2ux4ot7a2wo7k
Madrid, 9 de julio de 2025. Los últimos datos publicados por Naciones Unidas muestran cómo, aunque sigue reduciéndose el número de niñas obligadas a casarse antes de los 18 años, todavía un 19% de niñas en todo el mundo tienen el riesgo de contraer matrimonio forzoso. En otras palabras: el matrimonio infantil amenaza a 1 de cada 5 niñas.
El matrimonio infantil es una de las formas más devastadoras de violencia de género y violación de los derechos humanos. Cada año, alrededor de 12 millones de niñas en el mundo son forzadas a casarse antes de cumplir los 18 años, con 2 millones de ellas contrayendo matrimonio antes de los 15 años.
“Esta práctica les roba la infancia, interrumpe su educación, las expone a violencia y las condena a embarazos precoces con graves riesgos para su salud y bienestar”, explica Alicia Moreno, directora de comunicación en Save the Children.
Si se tiene en cuenta el progreso conseguido en la reducción del matrimonio infantil, se tardarían 300 años en erradicarlo. En Asia meridional se ha logrado los mayores avances en la reducción del matrimonio infantil, pero sigue siendo la región con mayor número de casos. Casi el 45 % de todas las niñas y mujeres que se casaron antes de los 18 años viven allí, y un tercio del total mundial se concentra en la India.
En África Occidental y Central, así como en América Latina y el Caribe, la prevalencia del matrimonio infantil permanece estancada y por encima del promedio global, con tasas del 33 % y 23 % respectivamente.
El clima como nuevo detonante del matrimonio infantil
En los últimos años, el progreso conseguido hacia su erradicación corre peligro. El aumento de la pobreza, los conflictos armados y la crisis climática están incrementando la vulnerabilidad de millones de niñas. Además, en épocas de crisis, la violencia de género aumenta y es probable que las familias decidan no enviar a sus hijas a la escuela u obligarlas a casarse para evitar esa violencia o asegurarse de que otra familia las mantenga.
Save the Children, en el informe Girlhood de 2023, mostraba como aproximadamente 2 de cada 3 matrimonios forzados de niñas tienen lugar en las regiones con un alto riesgo climático, como Sudán del sur, Burkina Faso, Etiopía, Bangladesh, Mali, Malaui, entre otros. Los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones y sequías, también implican la pérdida de las cosechas, que se traducen en una disminución en los ingresos de las familias. Y para sobrellevar la situación económica, toman la decisión de casar a sus hijas.
Níger, con un 76% de niñas menores de 18 años obligadas a casarse, es el país con más casos de matrimonio infantil. Seguido de República Centroafricana y Chad con un 61% ambos países según el informe de Naciones Unidas. “Estos datos nos demuestran que todavía queda mucho trabajo por hacer, que es fundamental que se aprueben políticas públicas que lo condenen y que se garantice el acceso a la educación, porque constituye el principal motor de desarrollo y empoderamiento para estas niña”, dice Moreno. El cierre de escuelas se ha demostrado que aumenta el riesgo de que las niñas contraigan matrimonios forzosos.
En el caso Kpemeh, de 15 años, sus padres dejaron de pagar las tasas del colegio para que accediera a casarse. “Sabía que no estaba preparada, que quería seguir formándome y convertirme en enfermera”, dice esta niña desde Sierra Leona.
Kpemeh consiguió el apoyo de su prima, Kuji, que es una de las líderes del programa de Save the Children, llamado “Fin al matrimonio infantil”, con el que las propias niñas de las comunidades son las que alzan la voz contra esta práctica y el embarazo precoz, y anima a todas las niñas a reportar casos de matrimonio infantil y a regresar al colegio.
Casarse no es un juego
“La infancia no es solo una etapa. Es un espacio, donde se ríe, se corre. Y donde sobre todo se juega. Es ahí donde una niña se siente libre, segura, viva. Pero a veces, el juego se detiene. Y con él, se detiene algo más: su risa, su voz, su infancia”, dice Moreno.
La organización lanza una nueva campaña Casarse no es un juego, con el objetivo de visibilizar las consecuencias del matrimonio infantil y movilizar a la sociedad para proteger los derechos de las niñas.
Save the Children trabaja para erradicar esta práctica a través de programas de empoderamiento, acceso a educación y servicios de salud y apoyo a políticas públicas que garanticen su protección.