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Los niños de Gaza, un año después

Se cumple un año del comienzo del ataque que sufrió Gaza el verano pasado por parte del ejército israelí y que duró 51 días. Durante ese tiempo 551 niños murieron en Gaza y 3.436 resultaron heridos. A estas terribles cifras debemos sumar la de los 1.500 que perdieron a sus padres, y a todos los que vieron cómo eran destruidas sus casas o sus escuelas.

Los miles de niños que sobrevivieron a este ataque no han resultado ilesos. Han quedado marcados por las pérdidas y el dolor que sufrieron durante aquellos días. Si para cualquier adulto presenciar y vivir situaciones así supone un trauma, para un niño el estrés emocional es aún mayor. A las heridas físicas de las que muchos de ellos se recuperan, hay que añadir las que no se ven. La desprotección ante la pérdida de sus familiares más cercanos, la desaparición de sus hogares y los entornos donde han crecido o el miedo constante a que se repita otro episodio como este.

Fatima* tiene 10 años y durante el conflicto perdió a uno de sus hermanos de tan solo diecinueve años.

Su casa fue destruida y ella y su familia tuvieron que irse a vivir a un pequeño apartamento que pueden pagar gracias a una ayuda que reciben. Fátima ha recibido apoyo psicológico tanto individual como en terapia de grupo a través de un proyecto que hemos puesto en marcha junto a la organización PCDCR.

Cuando nuestra casa fue destruida tuvimos que mudarnos a otra. Tuve que empezar también en un nuevo colegio. Me sentía triste porque no conocía a nadie allí. Mamá es una buena persona con la que hablar cuando me siento triste por algo. Ella me escucha y me da buenos consejos.”

Rawheya, la madre de Fatima*, explica lo difícil que ha sido todo lo que han vivido ella y el resto de sus hijos e hijas.

Están teniendo problemas para dormir. Todavía tienen pesadillas, incluso ahora. El impacto de la guerra fue horrible, pero podíamos soportarlo. Pero cuando mi hijo murió, eso rompió a mis hijos. Fue desastroso. Todavía lo es. Los cambios que noté en mis hijos; todos ellos sucedieron no tras comenzar la guerra, sino al perder a mi hijo.”

Según un nuevo estudio que hemos realizado, un año después los niños de las zonas más afectadas por el conflicto de Gaza presentan estrés emocional severo.

7 de cada 10 niños entrevistados sufren pesadillas por las noches. El 75% de los niños encuestados mojan la cama regularmente y un 70% dicen tener miedo de que haya otra guerra.

Muchos niños en Gaza han vivido ya tres guerras en los últimos siete años, la última especialmente dura. Están emocionalmente y, en muchos casos, físicamente destrozados. El mundo no puede sentarse a mirar cómo las esperanzas de un futuro mejor para estos niños se desvanecen a causa el bloqueo y la amenaza de un nuevo conflicto. Los líderes políticos de todas las partes deben actuar, necesitan trabajar juntos para acordar un plan de paz que incluya el fin del bloqueo a Gaza.

Por eso pedimos a la comunidad internacional que ejerza toda su influencia diplomática para poner fin al conflicto y para que las partes acuerden medidas a largo plazo que terminen con este ciclo de violencia, incluyendo el fin del bloqueo.

Para que las vidas de Fátima, Rahaf, Dalia, Wasim y miles de niñas y niños en Gaza puedan ser de verdad la vida que tienen derecho a vivir.
 

Descarga en PDF el informe en inglés Gaza, un año después 

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