"El profesor de gimnasia, Benítez, fue a por él porque vio una víctima fácil"

“Lo hice. Y pensé que vendrían antes a por mí”. Así contestaba a los periodistas Joaquín Benítez, un profesor de gimnasia que durante 35 años dio clases en la misma institución y que hoy es el acusado más visible y con más denuncias en su contra de la serie de casos de abusos sexuales conocidos como “Caso Maristas”.

Manuel Barbero es el padre de Toni, una de las víctimas de abusos sexuales del colegio de los maristas, en Barcelona. Toni, que ahora tiene 23 años, fue abusado cuando era menor por parte de su profesor de gimnasia de los 13 a los 15 años.

Toni era un niño manipulable, ya sufría acoso escolar por parte de sus compañeros. El profesor de gimnasia, Benítez, fue a por él porque vio una víctima fácil. Los abusadores son depredadores”

Manuel 

Mientras sufría los abusos, Toni no contó nada en su entorno. Sus padres le notaban raro, apático: falsificaba notas y no quería ir a clase de gimnasia. Pero nunca imaginaron la monstruosidad que le pasaba, no supieron leer entre líneas.

En los dos meses siguientes a la primera denuncia contra Benítez, se interpusieron casi 40 denuncias contra diez profesores y monitores de dos colegios concertados de la orden de los Maristas en Barcelona; abusos que se extienden en el tiempo desde la década de los 70 del siglo pasado hasta el año 2011. Según denuncian la prensa y los familiares de las víctimas, cuando había alguna queja contra un profesor por abusos la institución escolar tenía por costumbre trasladarlo a otro de los centros educativos que gestionan. De las 17 denuncias interpuestas contra Benítez, 13 han prescrito.

Y nos preguntamos: ¿Cómo es posible? ¿Qué ha fallado para que durante más de 30 años un profesor abusara de sus alumnos sin que nadie denunciara? ¿Qué ha fallado para que se produjeran tantos abusos y nadie pareciera darse cuenta? ¿Cómo puede ser que, habiendo él confesado, muchos de los delitos de Benítez no vayan a juzgarse?

En la actualidad, Toni no sale de su casa apenas. Se levanta a las tres de la tarde y permanece todo el día encerrado en su habitación. Las secuelas de la pesadilla infantil se han transformado, en la edad adulta, en un trastorno del sueño, depresión y adicción a la heroína. El abusador se declaró culpable de los hechos pero el juicio todavía no se ha celebrado. Manuel teme que Toni reviva una y otra vez el drama cuando le toque declarar.

Ojos que no quieren ver

En Save the Children hemos publicado el informe "Ojos que no quieren ver", en el que tratamos de contestar cómo son posibles los fallos en los que pueden incurrir las Administraciones públicas cuando se produce un caso de abusos sexuales a un niño, niña o adolescente.

Desde que el niño o niña sufre un abuso sexual por primera vez ya hay situaciones que se pueden frenar: desde la detección (para evitar que se prolongue en el tiempo), pasando por la denuncia (para no ocultar lo que ha pasado) y terminando en el proceso judicial que realmente esté adaptado y proteja al niño o niña.

UNA LEY ORGÁNICA PARA LA ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA INFANCIA

Llevamos mucho tiempo pidiendo una Ley Orgánica que proteja a los niños y niñas de todos los tipos de violencia, incluidos los abusos sexuales. Una ley de esta naturaleza sería la manifestación máxima de un compromiso público por la protección de niños y niñas; permitiría a trabajadores públicos y Administración contar con las herramientas necesarias para avanzar hacia una sociedad donde la violencia contra la infancia no sea tolerada. 

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