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Historia de un abuso sexual

James tenía 5 años cuando abusaron sexualmente de él. Su relato es duro, durísimo. Habla de los regalos que recibía al principio de su agresor, de lo especial que se sentía. Un niño malo en los deportes, poco popular. Su historia también cuenta cuando se quedó solo con su agresor y las barbaridades que le hizo en su cuerpo inocente. Cómo le rompió, cómo hizo que su vida cambiase. Sangre, dolor y sobre todo una enorme soledad.

Fue a los 31 años cuando se sintió capaz de hablar por primera vez de esto. Se lo dijo a la persona a la que más quería. Pero contarlo no fue el final, fue solo el principio. Entonces llegó la sensación de culpa. Se sentía culpable porque hubiesen abusado sexualmente de él. Tres operaciones y muchos años después, se sentía culpable. La víctima seguía sufriendo.

Interminables preguntas en la comisaría donde indagaban, sin tacto alguno, en su intimidad. Haciéndole dudar, recodar unas imágenes que se esforzaba por enterra. Esos fantasmas le persiguieron hasta que fue padre y su hijo tenía la misma edad que él cuando le violaron. Cada vez que pensaba en que, lo que le pasó a él, le podía pasar a su hijo, se bloqueaba. 

James se refugió en la música hasta convertirse en el afamado músico James Rhodes. Escribió y lo contó todo en su libro Instrumental y, el pasado 28 de junio, en el congreso Sin Cicatrices, lo dijo a viva voz frente a una audiencia preocupada porque estas historias no se vuelvan a repetir.

3.732 niños son víctimas de delitos contra la libertad sexual en España, entre los que se encuentran 246 casos de abusos a menores. No, no hacemos lo suficiente para protegerlos. No somos capaces de identificar los casos, de detener esa violencia, de protegerlos, ni de curar los daños.

Este tipo de violencia es silenciada. Por los menores que tienen miedo, por los adultos que no siempre lo creen, por los poderes judiciales, que sin evidencias o pasado un tiempo, acaban dando carpetazo a unas duras historias que merecen ser escuchadas. Son incómodas, pero necesarias.

La violencia va desde una incorrecta programación en la televisión hasta los abusos sexuales, la captación en redes de trata o la mutilacion genital femenina. Los casos más vulnerables, como los niños migrantes o refugiados, son una barra libre para los abusadores, como decía el propio Rhodes.

En el congreso Sin Cicatrices que organizamos junto a la Universidad de Comillas hablamos mucho de cómo proteger a los menores de esto, porque sí existe remedio que pasa por una estrategia integral que proteja a los menores, por la creación de una Ley de medidas integrales que recoja los distintos tipos de violencia a la que los menores se ven expuestos.

Por eso desde Save the Children te pedimos que firmes nuestra petición y nos ayudes a que ningún niño más se vea expuesto a una situación similar.

Acabemos con la violencia contra los niños en España.

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